Después de varios meses sin publicar he decidido retomar un poco la actividad de mi Blog y es que, la ocasión lo merecía. El pasado mes de Abril estuvimos en la Feria de Sevilla, la experiencia del primer año nos incitó a volver y la verdad, que ha sido incluso mejor.
Teníamos muchas ganas de hacer este viaje, la ilusión era inmensa por muchos motivos así que los 5 días que estuvimos en la capital andaluza los exprimimos al máximo, creo que no nos quedó nada por hacer. La primera toma de contacto no podía ser otra que la visita al Puente de Triana, pudimos disfrutar de las mejores vistas del mundo.
En plena Feria de Abril, no es de extrañar encontrarse multitud de carretas de caballos por el centro, elegantes vestidos de gitana, hombres trajeados como si de una boda se tratara y como no, la típica Caseta del Tío Pepe que nos cautivó. Sevillanas, rebujito, manzanilla, palmas, farolillos y pescaíto frito al servicio del cliente.
Para cenar, fuimos a dar con el Mercado Lonja del Barranco a orillas del Guadalquivir. Una maravilla de Estación en la que podrás degustar las típicas patatas aliñás, dulces, marisco, arroces y un montón de tapas deliciosas. A mí que me dejen de historias que yo me quedo con la fuente de chocolate.
El mejor momento para ver la Plaza de España de Sevilla es, sin duda alguna, el anochecer. Cuando atraviesas el Parque de María Luisa y te topas de frente con esa maravilla, la verdad que impresiona. Además, se añade que en plena Feria el gentío se agrupa en pequeños recovecos para cantar y bailar sevillanas con sus trajes de volantes. Lo que hace a esta Plaza aún más bonita y especial si cabe.
El clima fue estupendo porque no hizo demasiado calor, los termómetros rondaban los 25 y 30 grados en horas centrales y por la noche podías disfrutar de un airecito muy agradable. Por lo que yo cargué mi maleta de ropa veraniega, encantada de la vida.
Y para concluir por hoy, tengo que decir que el segundo día de estar allí, se produjo la casualidad más bonita que he tenido en la vida, encontrarme con mi querida Vicky Martín Berrocal, un verdadero lujo. Por un momento me sentí la persona más afortunada del planeta Tierra.
Espero que os gusten las fotos de esta primera parte.
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