Un viaje por Europa

Teníamos muchas ganas de ir pero, cada vez que vamos a Madrid es para hacer compras o ver algún espectáculo y la verdad que siempre nos pilla a desmano pero, en esta escapadita no podía faltar la parada en Parque Europa. 

Se trata de un entorno natural increíble en Torrejón de Ardoz. Mediante un paseo de lo más agradable (sobre todo si pillas un día soleado) podrás visitar los monumentos más emblemáticos del continente europeo. Desde la famosa Torre Eiffel, pasando por el David de Miguel Ángel, el Puente de Londres o la preciosa Fontana de Trevi. 

Además, si vas con niños el plan es perfecto porque podrán correr y disfrutar al aire libre de muchas actividades; atracciones, ponys, toboganes interminables, tirolina y un montón de cosas más. He de destacar que el Parque está muy cuidado y es ¡gratis! Sinceramente, esto último no lo entiendo demasiado. Es increíble como te pueden obligar a pagar por aparcar el coche en una calle 'muy normal' y tener que cambiar el coche cada dos horas y luego, un Parque de estas dimensiones con un mantenimiento tan costoso ¡sea gratuito! Perfectamente podría vale 8€ la entrada y la habíamos pagado tan a gusto.

Aquí dejo algunas de las imágenes de este día tan chulo. En el siguiente post más ;)

Descubriendo Toledo

Con motivo del 30 cumpleaños de Cristian, decidimos pasar un fin de semana diferente y nos fuimos a conocer Toledo. Una ciudad que aparentemente no nos llamaba la atención pero, sin duda, ha sido un gran descubrimiento. 

Calles empedradas, monumentos con historia, culturas entremezcladas y una gastronomía exquisita es lo que caracteriza a esta ciudad manchega. Nada más llegar allí nos recomendaron montar en el Zocotren, el tren turístico que te lleva a conocer todos los rincones de la ciudad hasta llegar al espectacular mirador, que a todos nos dejó con la boca abierta. Unas vistas espectaculares.

He de mencionar el Restaurante en el que comimos: La Abadía. Unos platos tradicionales muy buenos en un ambiente un tanto peculiar. El comedor son unas cuevas maravillosas que te envuelven de una manera muy especial.

Aquí dejo unas fotografías que reflejan una pequeña parte de nuestra visita a Toledo.

Y el glamour ¡llegó a Benidorm!

Benidorm... creo que este pueblo lo recordaré el resto de mi vida. Será así por varios motivos; el primero, porque nunca me había separado de mi amor en mis vacaciones ya que, desde que tengo 19 años comparto mi vida con él segundo, porque fueron unos días fantásticos y tercero, porque he descubierto una persona más que maravillosa, mi amiga María ;)

Todo surgió rápido sin demasiados preparativos, y en ocasiones es lo más divertido, a nosotras nos salió todo a pedir de boca. Maletas en el coche, nos pusimos rumbo a Benidorm. Fue una semana de llena buenos momentos, risas (muchas risas), cócteles, confidencias, playa y una buena dosis de fiestas nocturnas que terminaban con un trozo de pizza de camino al hotel (llegamos a la conclusión que era el mejor momento de la noche jaja)

Agradecer a María su compañía, su amabilidad en cada gesto y su cariño. Hace muy poquito que nos conocimos pero sinceramente se ha convertido en alguien fundamental en mi vida. 

Son muchos instantes los que quisimos inmortalizar y la calidad de las fotos no es demasiado buena pero no me quería dejar ninguna en el tintero y este es el resultado.

Y como punto y final a estas megavacaciones, dejo esta fotografía que deja plasmada mi cara después de 3 horas de sueño y un cansancio brutal... ¡pero sin duda, mereció la pena!

Cantabria Infinita y ¡maravillosa!

Después de 1 año entero sin vacaciones por fin pude disfrutar de 3 semanas libres lejos del ordenador, los horarios, las prisas y, desafortunadamente, lejos de mi amor... Este año las hemos vivido separados físicamente pero unidos emocionalmente. El trabajo es lo primero, aunque muchas veces nos cueste. 

Aproveché los primeros días de descanso para hacer 'esas cosas' que se hacen por las mañanas y una nunca tiene tiempo y el puente de agosto nos fuimos toda la familia a nuestra querida casita de Suances. Allí pasé 11 días en los que pude disfrutar de otro tipo de cosas: paseos por la playa, amigos, terrazas, lectura, deporte (con esa temperatura y las maravillosas vistas al mar, allí apetece salir a correr todos los días) y sobre todo disfruté de mis niños. Poder jugar con ellos antes de ir a dormir y verles la carita cuando me despertaba, era el mejor regalo...