jueves, 4 de septiembre de 2014

Cantabria Infinita y ¡maravillosa!

Después de 1 año entero sin vacaciones por fin pude disfrutar de 3 semanas libres lejos del ordenador, los horarios, las prisas y, desafortunadamente, lejos de mi amor... Este año las hemos vivido separados físicamente pero unidos emocionalmente. El trabajo es lo primero, aunque muchas veces nos cueste. 

Aproveché los primeros días de descanso para hacer 'esas cosas' que se hacen por las mañanas y una nunca tiene tiempo y el puente de agosto nos fuimos toda la familia a nuestra querida casita de Suances. Allí pasé 11 días en los que pude disfrutar de otro tipo de cosas: paseos por la playa, amigos, terrazas, lectura, deporte (con esa temperatura y las maravillosas vistas al mar, allí apetece salir a correr todos los días) y sobre todo disfruté de mis niños. Poder jugar con ellos antes de ir a dormir y verles la carita cuando me despertaba, era el mejor regalo... 































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