Afortunadamente, puedo decir que tengo muchas razones para sonreír cada día pero, hay dos de ellas que, me hacen especialmente felíz: Rubén e Irene.
Llegaron a nuestras vidas para cambiarlas por completo. Ellos han llenado la casa de alegría, emoción y muchas ilusiones. A mi, me han robado el corazón.
Aquí os dejo un pedacito de ellos...
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